Autora: Kammi YunJ.
Título: No todos los errores son malos, ¿o sí?
cap. 10
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El silencio inundo por completo la estancia donde ahora los tres jóvenes se
disponían a tomar el desayuno, el único sonido que se había logrado apreciar
por escasos segundos fue el que la servidumbre había hecho mientras servían el
desayuno. Después de que la servidumbre terminó su labor, un silencio más que
incomodo regreso de nuevo al pequeño salón donde, Jaejoong al igual
que Junsu y Changmin solo veían con poco animo aquel desayuno que, en
otras ocasiones les hubiese resultado delicioso, incluso Changmin maldijo por
lo bajo a su estado de ánimo, aquel que no le permitía tener cabeza si quiera
para desayunar. Por otro lado estaba Junsu, que sentía únicamente ganas de
correr a su habitación, encerrarse y no saber nada del mundo, después de todo
la noche anterior había quedado totalmente expuesto ante Jaejoong, aunque deseaba que este no
fuese lo suficiente inteligente para descubrir, aquello que había ocultado
durante algunos años.
Y finalmente Jaejoong quien definitivamente desayunar era su última elección,
aun y a pesar de que su último alimento hubiese sido un chocolate
caliente, aquel, que Yunho le había proporcionado. Yunho, el tan solo pensar en ese nombre le causaba
vibraciones en todo el cuerpo y, a la vez un vacío total. Anhelaba ver de nuevo a aquel
hombre.
Definitivamente habían cometido un grandísimo error si pensaron que aquel
viaje les haría bien. Era todo lo contrario.
Ante aquella escena los tres suspiraron con pesadez, ¿Cómo habían llegado
al punto en que su compañía se tornase sofocante?
–Jaejoong– llamo con voz entre cortada Junsu, ganándose la mirada de los
otros dos que le veían extrañados por el tono que el menor había usado para
referirse al otro. –Deberías tomar el desayuno, no has probado bocado desde
ayer– la voz de Junsu se tornó preocupada, causando que Changmin se levantara
de inmediato de su lugar y acudiera donde Jaejoong, acto que sorprendió a ambos
chicos, que, aún permanecían en sus lugares.
– ¿Jaejoong, es eso cierto?– pregunto entre molesto y preocupado el más
alto de los tres.
–Lo siento, es solo que no he tenido hambre, por favor, no se preocupen–
Jaejoong estaba avergonzado, después de todo ya suficientes problemas les había
causado a sus amigos, como para ahora preocuparlos, por algo sin sentido. Eso pensó.
–Anda, come– Changmin tomo una tostada y se la ofreció al más bajo
llevándola hasta sus labios, Jaejoong sin ganas de causar más problemas acepto
la tostada.
Changmin le alimentaria como un niño pequeño. Sin embargo, Aquella escena
no era del agrado de Junsu, su pecho se oprimía cada que Changmin tomaba algún
bocado y lo llevaba a la boca de Jaejoong. Tenia que salir de ahí, si no
quería que sus amigos notaran su incomodidad.
–Gracias, Changmin, yo puedo seguir con el resto del desayuno– agradeció
Jaejoong brindándole una ligera sonrisa al mas alto. Después de todo había
estado al tanto de Junsu, ante aquella forma que les había visto claramente
dedujo que aquello eran Celos. ¿Por qué su amigo le había
mentido la noche anterior? ¿Por qué había negado sentir algo por Changmin?
Había algo más y lo tenía que averiguar.
–Tú también deberías desayunar– sugirió Junsu con tono un tanto frio a
Changmin, quien solo se dedicaba ahora a ver como Jaejoong tomaba el desayuno.
Changmin le miro por un momento y rodo los ojos con fastidio.
–Tú también deberías desayunar y dejar que los demás hagan lo que quieran–
Changmin había dicho aquello casi con desprecio. Como si le odiara. Acto que no
pasó desapercibido para Jaejoong.
–Como quieras– de nuevo la tensión se había hecho presente, Junsu tomo de
mala gana un vaso de jugo de naranja ignorando por completo la mirada de
Changmin. Lo comenzaba a odiar.
– ¡Basta!– Jaejoong se levantó de un salto de su lugar llamando la atención
de los otros, quienes solo lo miraban sorprendidos, ese no era el Jaejoong que conocían. –No soporto esto, ¿están
molestos por lo que hice?, pues lo siento si así es, es mi vida, por si no lo
saben– aquello ultimo lo había dicho con voz agitada causando que sus amigos
abrieran los ojos como enormes platos ¿ese era su amigo?
–De verdad, lo siento si los decepcione, pero, creo que esa no es razón
para que estemos actuando como si fuésemos desconocidos, o
enemigos– lo último lo decía refiriéndose a Junsu y Changmin. El
definitivamente ya no soportaba su actitud.
Ambos chicos guardaron silencio ante la riña que su amigo, el silencioso y tímido Jaejoong, les
acababa de dar, ¿tenía razón en decir todo aquello? Claro que la tenía.
Junsu dio un hondo suspiro, su corazón latía por alguna razón agitado, ¿Qué
estaba pasando con ellos, con Changmin, con el mismo?, Jaejoong no había hecho
nada malo, aquí los únicos que estaban mal, eran ellos dos. No Jaejoong. Busco
esperanzado la mirada de Changmin, esperando el también hubiese recapacitado,
sin embargo, su mirada era indescifrable, parecía analizar la situación, su
mirada era fría. Ese no era su amigo, era alguien más.
–Les propongo algo– Por fin, después de lo que hubiese parecido un milenio
de silencio, hablo de nuevo Jaejoong, al ver que sus dos amigos aun parecían
sumidos en sus propios pensamientos. –Olvidemos todo lo que ha pasado,
estamos aquí para divertirnos, y eso hay que hacer– su voz sonaba llena de
esperanza ante sus amigos, llamando la atención de Junsu, que solo
atino a sonreír, parecía entusiasmado con la idea.
–Estupenda idea, Jaejoong– chillo alegre Junsu corriendo donde este
para darle un pequeño abrazo, sin embrago, aun le inquietaba la respuesta
de Changmin.
–Me parece bien– hablo por fin Changmin con voz tenue. Ganándose una
sonrisa por parte de Jaejoong.
–Pero antes– Jaejoong tomo del brazo a Junsu arrastrándolo hasta donde
Changmin. –Ustedes dos, hagan las paces– aquello causo que ambos chicos viraran
los ojos. –He visto que las cosas no están bien entre ustedes dos– su voz sonó
triste, causando que Junsu se sintiera culpable. Por un minuto Changmin pareció
analizar la situación, y para sorpresa de los otros dos, el más alto extendió
la mano hasta Junsu.
–Nos llevaremos bien, ¿cierto?– aquello no parecía una pregunto, sonaba claramente como una
amenaza. –Junsu y yo no tenemos ningún
problema, tal vez algo de estrés– Finalizo estrechando de forma disimuladamente
dolorosa la mano de Junsu, quien solo atino a asentir.
–Me alegro chicos– Jaejoong abrazo de forma efusiva a sus amigos. Después de todo necesitaba un
abrazo.
“Mi cuerpo está aquí, pero mi yo esta en algún punto del mundo
anhelándote.”
Los siguientes días transcurrieron de forma tranquila, Changmin fingía
llevarse bien con Junsu para no preocupar a Jaejoong, sin embargo, su relación
cada vez parecía ir de mal en peor, incluso el mismo Changmin no comprendía a
que punto había llegado, que Junsu cada vez le parecía tan insoportable.
–Debemos hablar– ahí estaba de nuevo Junsu, insistente en querer hablar con el más
alto. ¿De qué? Eso no lo sabía.
–Ya te dije que no tengo nada de qué hablar contigo Junsu– Balbuceó molesto
el más alto.
– ¿Qué hice mal?, ¿Por qué me odias?– como puñaladas para Changmin habían
salido aquellas preguntas. Y era cierto ¿Qué había hecho Junsu?
–No lo sé, simplemente me molestas– Changmin guardo silencio por un minuto.
–Me estorbas– soltó aquello último con desprecio dejando a Junsu perplejo. No
espero a que este dijese algo, huyendo de inmediato a la parte baja de la casa.
Ya no deseaba seguir más con la falsa, no soportaba a Junsu. Y
definitivamente haría que Jaejoong le correspondiese de una vez por todas.
Pondría en marcha por fin su plan.
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– ¿Y bien, me acompañaras?– Yoochun insistente se había presentado en la
oficina de Yunho, con el pretexto de salir a arreglar algunos “negocios” -en cierto restaurant- causando que el estómago de
Yunho se revolviera al escuchar el nombre. “El mismo en el que conocí a mi áng… a Jaejoong” pensó mientras fruncía el
ceño, cosa que llamo de inmediato la atención de Yoochun.
–Lo siento, pero no tengo ganas, aparte, tengo ya planes para la noche– se
excusó Yunho, tratando de sonar lo más convincente posible. Realmente no
tenía nada que hacer. O tal vez sí. ¿Quizá tratar de olvidar a Jaejoong?
Quizá. Ya no descartaba la idea.
–Yunho– Llamo nuevamente Yoochun, pero ahora con un rostro que denotaba
evidente preocupación. – ¿Me dirás que es lo que paso?, sabes que me lo
puedes decir. –
Yunho lo miro por un momento, sin embargo, no tardo en negar con la cabeza.
Adornando su rostro con una pequeña y fingida sonrisa. –Yo estoy bien. No sé de
qué me hablas– Dijo. Sin embargo Yoochun no era tonto. No le había creído para
nada.
–Es mejor que te desahogues. Ya sabes dónde buscarme– y diciendo esto,
Yoochun se retiró de la oficina de Yunho.
Después de que Yoochun se marchase, Yunho no pudo evitar encogerse de
hombros. Estaba cansado y frustrado. No había logrado dormir. 4 días
exactamente sin lograr dormir un máximo de 3 horas. Se estaba desmoronando.
Quizá hablar de lo que le sucedía con su amigo le ayudara.
