No todo los errores son malos, ¿o si? (cap. 14)

"Incluso cuando hay calma, hay que esperar una tormenta"

Su rostro era casi un poema, las mil y una emociones que sentía fluir por cada milésima parte de su cuerpo no eran ni siquiera descriptibles, estaba tan nervioso… y emocionado, que ciertamente no podría decidir que emoción era más grande. En poco más 2 horas estaré de regreso en Seúl, pensó Jaejoong  con un  inevitable revoloteó en su vientre, el tiempo parecía tan largo. Había salido exactamente una hora atrás de la mansión de Junsu, no le había avisado a nadie, salvo a Changmin, sabía perfectamente que le había dejado una muy enorme tarea a su amigo, <<No quiero preocupar a Junsu, y tampoco quiero que me intente detener, tan solo… ¿podrías explicar a Junsu todo esto que ya hemos hablado? >> había dicho a Changmin la noche anterior cuando se despedía de este. Sabía que Junsu le apoyaría en su nada racional idea, sin embargo, era más que consiente que este también le intentaría hacer entrar en razón y eso era lo que menos quería Jaejoong. Changmin había parecido ser alguien fácil de convencer, pero tenía muy en cuenta que si el más alto le había apoyado era por la aun culpa que sentía.

 Ya había tomado una decisión, y ciertamente: ya no le importaba cuan idiota fuera esta. Era su decisión, tomada por el, y solo él.

Tras lo que prometía ser un largo viaje, Jaejoong prefirió relajar su cuerpo y dormir un poco, el avión aterrizaría en su destino en poco más de dos horas y mientras aquello sucedía, prefería cerrar los ojos y solo quizá por un momento… alejarse de sus pensamientos y miedos

 Agradecía a los dioses, que aquel viaje de ida y vuelta ya fuese casi como una rutina desde hacía diez años, cuando él y sus dos amigos habían hecho una tradición viajar cada verano a la mansión de Junsu. Ahora lo que menos le preocupaba era deslizarse por el aeropuerto y ciudad, una vez llegada la hora de aterrizar. Sería la primera vez que hiciera todo aquel recorrido solo, sin sus amigos o hermana, pero sabía que aquello era bueno, era una forma de demostrarse así mismo que no vivía dependiendo de los demás. Toda su vida había necesitado de Soo, y después de haber conocido a Changmin y a Junsu: simplemente se había convertido en alguien que dependía tanto de ellos como de su hermana. La idea de que en un futuro Yunho fuese su todo no le molestaba, de hecho, le llenaba de una extraña pero reconfortante sensación de felicidad. Aunque algo le quedaba más que claro: la forma en la que quería que Yunho fuese parte de su vida, no era la misma que su hermana o amigos. No, él quería que aquello fuese más íntimo, más fuerte y más intenso; y no podía mentir: aquello le aterraba, saber que Yunho ya era una necesidad y que ya era parte de si, le estremecía ¿Qué sería de él si Yunho, la persona que amaba, le rechazaba? No quería ni siquiera imaginar algo como aquello, estaría total y completamente destrozado. Ante aquello Jaejoong se descubrió así mismo entrando en pánico, con la necesidad de tener a Junsu y Changmin para apoyarlo, para decirle que todo iría bien. Agito ambas manos sobre su pelo y después acuno su rostro sobre estas, no podía retroceder, y menos ahora: el avión acaba de aterrizar. Ahora solo tenía que olvidar todos sus miedos e ir en busca de Yunho, me muero por verlo… por besarle, tocarlo…, sonrió ante aquel propio pensamiento más que bien atinado: necesitaba de Yunho.

Ahora solo tenía un pequeño problema… ¿Dónde dormiría? Suspiro tras la incógnita que ahora le hacía frente. Ciertamente aquello no era algo que había previsto ¿pero en que estaba pensando? ¿En que Yunho estaría esperando por el al bajar del avión? ¡Dios! Era más que consiente que se había precipitado con la situación. Jueves, se recordó así mismo, los jueves su hermana trabajaba hasta las 7:30. Y,  Apenas si eran las 2 de la tarde, ante aquello contemplo la idea de ir a su hogar y tomar algunos de sus propios ahorros, no planeaba regresar a casa hasta poder hablar con Yunho. Sin más remedio que ir a su propia casa como todo un ladrón, comenzó a caminar al lugar.

***

No lo podía creer, ¡lo había hecho! ¡Lo había hecho! Jaejoong había entrado en su hogar como todo un ladrón, después de todo no se sentía lo suficiente listo para verse cara a cara con Soo, había tomado algunos de sus ahorros, no era una cantidad elevada pero serviría para alquilar algún cuarto. Ahora lo que le preocupaba era si un adolescente de 17 años era capaz de conseguir alquilar algún cuarto. ¡Joder que se había precipitado! ¿Y ahora qué haría? Camino por la ciudad por cerca de dos horas, su pequeño equipaje no era molestia y tampoco llamaba la atención, pero aquello era lo de menos, se planteó algunas veces la idea de volver con Junsu y Changmin y disfrutar de sus vacaciones, pero sabía que aquello ya no era posible, tenía algo que hacer y solo quizá, regresaría con Junsu y Changmin si las cosas no salían bien… Si era rechazado.

Como única acción fiable; comenzó a caminar hasta llegar a una cabina telefónica, claro que no habría necesidad de aquello si cierta persona no hubiese roto su móvil. Marco el número y espero que del otro lado de la línea estuviese su salvación. Una suave voz contesto.

— ¿Quién habla? —

Jaejoong sonrió como si hubiese recibido la mejor de las noticias, —Changmin, soy Jae— hizo una pequeña pausa al notar que no había respuesta alguna.

— ¡Jaejoong! Por dios, no sabes en la que me has dejado, Junsu esta como loco, casi me mata en la mañana cuando le dije que te habías marchado. ¡Te odio!— La voz de Changmin sonaba agitada, mezclada con un aire de alivio. —Qué bueno que has llamado, me temía que algún violador te hubiese raptado— río. Sin embargo, aquel comentario solo hizo que la piel se le erizara a Jaejoong.

—Oye, no digas eso. No me asustes— Jaejoong chillo.

—Vale, lo siento. Dime ¿todo va bien, cierto? — pregunto Changmin, ahora su voz sonaba seria, parecía preocupado.

—Bueno, mmm… la verdad es que no— hizo una pequeña pausa, se sentía avergonzado por la circunstancia en la que se encontraba, —No sé dónde quedarme— confeso, avergonzado y sintiendo que su rostro ardía.

—Eres un idiota, Jae. En serio que lo eres, bueno tomando en cuenta que yo apoye tu plan, también soy un idiota— La voz Changmin sonaba divertida ahora.

Jaejoong resoplo, consciente de que era un idiota, haber regresado a Seúl sin un plan elaborado solo se le podía ocurrir a él.  —Ya, Changmin no me digas lo que ya se, es solo que… ¿me podrías ayudar? Necesito donde quedarme hoy y quizá mañana— Cerro los ojos y contuvo la respiración, su corazón parecía esperar con ansia una buena noticia.

—Está bien, te voy a ayudar. Veras; mis padres viajaron a China por cuestión de negocios, así que mi casa está sola. Puedes ir ahí y quedarte—

Jaejoong casi salta de alegría al escuchar a Changmin, le acababa de salvar la vida, literalmente dudaba que hubiese sobrevivido una noche en las calles de Seúl, —Te quiero, Changmin. Eres el mejor. —

Escucho una risa del otro lado de la línea, le alegraba escuchar a su amigo ya más tranquilo, el Changmin que él conocía estaba de regreso y eso le alegraba.

—Vale, Jae. Como sea, ve a casa y descansa un poco, ya tendrás tiempo para ir tras tu enamorado. Te tengo que colgar porque creo que Junsu ya me ha encontrado, como ya te he dicho está furioso por tu partida. Adio…

La llamada finalizo y con aquello Jaejoong inicio su camino hasta casa de Changmin, a comparación de la enorme mansión de Junsu, la casa de Changmin era más pequeña pero igualmente bella, años atrás la familia de Changmin le había entregado un juego de llaves del lugar por si en alguna ocasión su descuidado hijo olvidaba su propio juego de llaves, era mejor que alguien responsable como Jaejoong guardara consigo un juego de llaves y agradecía aquello porque de lo contrario ese día dormiría en la calle.

Tomo una ducha, procurando no mover nada de su lugar, no quería que la familia de Changmin supiese de su estancia en el lugar. Más tarde salió del lugar a comer algo. Camino por la ciudad tanto como dudaba alguna vez lo hubiese hecho, e incluso fue donde Yunho y él había tenido su ¿cita? No estaba muy seguro si aquello había sido exactamente una cita. Horas más tarde volvió a la casa, resignado y agotado, no era exactamente lo que esperaba, ciertamente y el solo esperaba ver a Yunho ese mismo día, sin embargo aquello no había sucedido.

Las siguientes horas de noche que transcurrieron solo ayudaron a que el miedo y desesperación se acrecentara en Jaejoong, aun no sabía que le diría a Yunho si lo encontraba y en el debido caso que este lo rechazase no sabía que podría hacer, se sentía asustado e indefenso. Llegándose la madrugada por fin logro cerrar los ojos, tenía que dormir algo. Solo quiero encontrarlo y verlo, si él no me quiere… yo solo tendré que aceptarlo, con aquel pensamiento cerro los ojos y durmió un poco.

***

Justo como la segunda vez que se había visto con Yunho; Jaejoong había ido a la cafetería, cargando consigo la ilusión de ver a Yunho y hablar con él. Suspiro un par de veces al ver que alguien entraba al lugar, llevaba cerca de media en el lugar y debía de admitir que cada que escuchaba la campanilla del lugar sonar sufría mini infartos, justo como hacia media hora… nuevamente quien entraba al lugar no era Yunho. Estaba ansioso y casi gritando por Yunho, tenía que verlo. Coloco ambas manos en su rostro, tratando de cubrir las lágrimas que ya comenzaban a correr por sus mejillas. ¡Yunho! Nuevamente su corazón se aceleró al escuchar la campanilla sonar, limpio su rostro de inmediato… Sin embargo se quedó congelado al encontrarse con la furiosa y desconcertada mirada de alguien muy conocida.

¡Joder, joder!

El oxígeno acaba de escapar de sus pulmones y su corazón se había detenido, no podía creer a quien tenía enfrente de él. ¡Aquello no podía estar pasando! Sintió que su mundo se venía sobre el cuándo Soo camino hasta donde él.

Cerró los ojos, deseando que aquello fuese un mal sueño, pero la bofetada que recibió era muy real.

—No, no, no lo puedo creer, Jaejoong, ¿Cómo pudiste?— El rostro de Soo lucia rojo y agitado, parecía que ella misma no podía respirar al igual que Jaejoong. Soo hizo una pausa y miro directamente a su hermano.

Jaejoong aun sobaba su mejilla, no podía creer que tuviese tan mala suerte, ahora su hermana permanecía callada, exigiendo una explicación con la mirada. ¿Qué le iba a decir a Soo? Observo congelado a la gente que había a su al redor, todos observaban la escena, —Podemos ir… ¿podemos ir a casa, Soo? — sugirió, esperando no recibir un no por respuesta.

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Yunho suspiro, cansado y agotado. Todo el día había estado en la sala de reuniones, y aquello lo había adsorbido por completo. No tenía energía y mucho menos ánimos para nada… ni para nadie. Ingreso a su oficina, suponiendo que el café que le había encargado a Soo ya estaba en su escritorio, tomaría el café esperando recuperar algo de energía. Sin embargo todos sus planes se vinieron abajo cuando miro a Soo, sentada frente al escritorio; lo primero que Yunho noto fue que esta no tenía consigo su deseado café, y lo segundo: fue el pálido rostro de la joven. Vale, eso no era lo que esperaba. Cuando  Soo noto su presencia corrió a Yunho y lo abrazo. Nuevamente, eso no era algo que Yunho estuviese esperando; alejo a la joven y camino hasta su escritorio, cogió algunos papales, esperando Soo entendiera y saliera de la oficina, pero aquello no fue lo que hizo.

Nuevamente regreso a la silla frente al escritorio de Yunho y comenzó a hablar: —Yunho, no tienes idea de cómo me siento, ha sido el peor día de mi vida— Concentro su mirada en Yunho, parecía suplicante y necesitada de algún tipo de apoyo moral, Yunho asintió y tomo asiento junto a Soo.

— ¿y bien? Dime ¿Qué es lo que sucedido? —Pregunto Yunho, aflojando el nudo de su corbata y fingiendo escuchar a la joven junto a él.

Sooyon comenzó a hablar como si no hubiese un mañana, parecía furiosa. Hablaba y hablaba. Yunho solo movía la cabeza en señal de estar poniendo atención. Sabía que ignorar a Soo, su ahora ¿pareja? Era un poco cruel de su parte, sin embargo, él no tenía tiempo ni mente para los problemas de los demás, el mismo tenía ya sus propios problemas.

—Y bien eso es lo que sucedió, ¿Qué crees que debería hacer? — Pregunto Soo, luego de haber terminado de hablar, ahora parecía haber depositado su fe en Yunho, pues parecía esperar una respuesta de este, una que le ayudase a resolver su asunto.

Yunho se sonrojo al encontrase sin nada que decir, ¿de qué tanto había estado hablando Soo? ¡Diablos! No le había puesto ni la más mínima atención. Piensa, piensa en algo, se repitió mentalmente. Deseaba que en aquel momento entrase Yoochun e interrumpiera la incómoda escena, sin embargo sabía que no tenía tan buena suerte, ¿o sí? En aquel momento como por obra de magia su móvil sonó, avisándole que tenía un mensaje, ignoro las quejas de Soo y tomo su móvil; un mensaje de Yoochun avisándole de una reunión improvisada, la perfecta excusa.

—Soo— dijo Yunho, —Lo lamento pero tengo una importante junta ahora mismo, ¿podemos hablar después? — se puso de pie, esperando la mujer imitara el acto y se retirase.

—Oh, Yunho, ¿no podrías posponerlo? En serio necesito un consejo, no sé qué hacer con el— dijo Soo, parecía desesperada y con aquello se ganó la atención de Yunho.

— ¿el? — pregunto Yunho un poco curioso.

—Mi hermano— respondió Soo arrugando el ceño, parecía que comenzaba a molestarse. — ¿no me has estado escuchando? —

—No, por supuesto que no. vale, dime ¿Qué hay de malo con él? — Yunho pregunto, impaciente por huir de su oficina.

—No sé cómo tratarlo, y menos ahora con lo que ha hecho—

— ¿Qué te parce si mañana cuando pase por ti, lo hablamos?, ¿vale? Quizá… quizá y pueda darle un consejo, ya sabes, entre hombres nos entendemos— dicho aquello ultimo salió huyendo de su oficina, no sabía exactamente que le podría decir a un adolescente que ni conocía, pero si eso servía para calmar un poco los nervios de su secretaria estaba bien, ya se las arreglaría el día siguiente, además ¿Qué tan difícil debería ser hablar con un adolescente problemático o lo que sea que fuese?

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El rostro de Jaejoong estaba rojo e hinchado llevaba horas llorando, no podía creer que todo le saliese mal, no había logrado ver a Yunho y, ahora por lo que veía su relación con Soo estaba rota por completo, había tratado de hablar con ella, de explicarle porque estaba en la ciudad, de hacerla entender lo que sentía. Y sin embargo, Soo lo había ignorado, le había exigido regresar a casa y no salir hasta que ella terminase con su trabajo, más tarde cuando ella regresara hablaría respecto a lo sucedido. Jaejoong permanecía atemorizado, ¿Qué haría su hermana una vez estuviesen cara a cara? ¿Qué podría decir Jaejoong en su defensa? ¿Sería posible que ella entendiese sus motivos para regresar a la ciudad sin avisarle? De inmediato descartó la posibilidad, no había nada que pudiese decir y salvarlo lo que le esperaba.

Más tarde tal y como Soo había prometido, ambos estaban sentados en la pequeña sala, ninguno de los hermanos había pronunciado palabra alguna, ¿Qué le puedo decir? ¿Estará tan molesta? Se preguntó Jaejoong mientras jugaba con sus manos torpemente.

— ¿Cenamos? He traído comida preparada— dijo Soo, disponiéndose a ir a la cocina.

Jaejoong quedo impresionado, aquello no era algo que esperaba, pero agradecía que su hermana le hubiese ofrecido algo de comida, no había probado bocado en todo el día. Camino hasta lo cocina detrás de Soo, quien parecía no tenía intenciones de hablar del tema, al menos por esa noche.

Cenaron, como lo hubiesen hecho en cualquier otra circunstancia, como si nada hubiese pasado, Soo termino su cena y encargo el aseo de los platos a Jaejoong, este solo asintió con la cabeza, esperando que aquello fuese una señal de que todo estaría bien, sin embargo antes de abandonar la cocina Soo se detuvo en el arco de la puerta y comenzó a hablar:

—Jaejoong, no pienses que no vamos a hablar del tema. Mañana hablaremos del tema, además quiero que conozcas a mi novio, quizá… en fin, mañana hablaremos sobre este asunto— Soo no espero replica de Jaejoong y abandono la cocina.

***

Jaejoong permanecía nervioso y por alguna razón desesperado, Soo y el no habían hablado nada sobre lo sucedido durante el desayuno y comida. No sabía exactamente que esperar, ya había llegado la noche y su hermana esperaba a su nuevo novio, cosa que Jaejoong había pasado por alto debido a sus mil y un problemas. Suspiro resignado al ver que Soo sonreía a su móvil, parecía que su novio llegaría en cualquier momento y ella y Jaejoong aún no podían hablar de lo sucedido. Tenemos que hablar ahora, ella tiene que comprender, se repitió mentalmente.

—Soo, necesitamos hablar—

—Espera un momento ¿sí? —

Sooyon corrió a la puerta a abrirla, su novio había llegado. Jaejoong quiso huir del lugar, por alguna razón se sentía mareado y abatido, sin embargo su hermana lo llamo, parecía que iba a presentarle a su novio.

Jaejoong se aclaró la garganta y se apresuró a saludar al novio de Soo lo más pronto posible para así poder huir a su habitación —Mucho gust…..

¿Qué? ¡No! ¡No puede ser!

Los ojos de Jaejoong permanecían tan abiertos como nunca, su respiración comenzaba a fallarle. Sintió una horrible punzada al ver como su hermana abraza a la persona por la que había regresado a Seúl. Yunho. Su mundo se vino abajo, su corazón parecía querer salir de su pecho y las lágrimas amenazaban con salir. No podía creer aquello. No es verdad, esto no es verdad. Se repito así mismo como si fuese una mantra. Aquello no le podía estar pasando, ¿o sí? Se trató de auto convencer….

Penúltimo Capítulo, ¿saben que significa eso? si, el prox cap es el final.

 ¿Cómo creen que acabara todo esto?