What should I do? (cap. 0)

Autora: Kammi YunJ

Tipo: Mini- serial

Género: Romance, angustia.

Couple: Yunjae, breve mención de otras.

Capítulo 0

Aun ahora no puedo evitar reprocharme por haber tomado una decisión tan apresurada, salir de casa y encontrar mi “propio” camino ha sido la peor idea que ha pasado por mi cabeza, un ejemplo del porque odio esa decisión es hoy: he tenido el peor día de mi vida, en el trabajo estuve bajo tención todo el día. Me han pedido el departamento ya a falta de pago por arrendamiento. ¿Qué más me puede pasar hoy?, son las 6: 30 pm y aún no he comido bocado alguno. Lo hubiese hecho si el idiota de mi jefe no me hubiese reprendido por hacer mal unos malditos escritos. ¡Odio mi vida! Pero eso querías, ¿verdad?, has sido un idiota, Jaejoong, me reprende mi yo interior, ese que es mil veces más inteligente que yo, incluso me pregunto por qué no he dejado que ese “yo” interior tome el control de mi vida. Le iría mejor que a mí.

— ¡Jaejoong! —

Escucho que alguien me llama. No es mi arrendadora, así que no hay problema, aunque aun así, desconozco de quien sea la voz que me  llama. Curioso me doy la vuelta para ver de quien se trata.

Me quedo sin oxígeno ¡no doy crédito a lo que mi ojos ven! Mi pecho salta de alegría.

— ¿Changmin? — aun no puedo creerlo, ¿es él? —mírate, cuanto has cambiado– le digo con la boca abierta. Esta cambiadísimo. Y es mucho más alto que yo. Era de esperarse, después de todo.

El me observa por algunos segundos y después me sonríe. De inmediato corre junto a mí. ¿Cuánto ha pasado desde la última vez que lo vi? Me parece que nada, pero dados los notables cambios en el, doy por seguro que ya han pasado algunos años.

–Jae, te he extrañado tanto– me dice mientras me abraza de manera efusiva. De inmediato correspondo de igual forma. Lo extrañaba.

–Pero dime, ¿Qué no se supone que deberías estar aún en Londres? – le pregunto. Nos separamos y él sonríe.

–Amigo, ya pasaron los tres años. ¿Lo recuerdas? – Me dice. Parece molesto.

–Lo siento, lo siento– No puedo creer que se haya pasado el tiempo volando. Supongo que mi ritmo tan agitado de vida me tiene fuera de sí

–No te preocupes, idiota, lo importante es que ya estoy aquí. Aunque… –

Su rostro se ve transforma de inmediato de alegre a serio, ¿pasa algo?

– ¿sucede algo? – le pregunto, preocupado.

No me responde. Solo se limita a guardar silencio. Después me sonríe, de manera tenue, y prosigue a hablar:

– Supongo que a ti también te sorprendió la noticia ¿no? – Me dice, con rostro ya algo triste.

¿Noticia? ¿Cuál noticia?

– ¿De qué noticia me hablas, Changmin? – Pregunto, con evidente sorpresa. No sé de qué me habla.

Me mira por un momento; como no dando crédito a mis palabras. Lo siento, soy muy distraído. No sé de qué me habla.

–De la boda– Me dice. Su voz ha cambiado. Ahora  suena escandalizado.

¿Qué? ¿Cuándo? ¿Quién? ¿De qué boda me habla? ¿Quién se casa?

–De la boda de Junsu– me dice casi gritándome, la gente que pasa se ha detenido a vernos. Estoy seguro que si no fuese porque estamos aún en la calle, ya me hubiese golpeado.

He quedado atonito, no doy crédito a lo que he escuchado. Junsu, mi mejor amigo ¿se casa? No lo puedo creer. ¿Cómo paso eso, que yo ni enterado?, mi cabeza sigue buscando alguna lógica a todo esto, no la encuentro. Supongo que el hecho de vivírmela trabajando es responsable en parte. No salgo ya, ya no hablo con nadie. Todo es trabajo y solo eso. No te invito a la boda, Jaejoong, me susurra burlón mi yo interior. ¡No puede ser! Es verdad, no me invito a la boda. ¡Espera! Recuerdo que días –semanas- atrás me ha llegado correspondencia que no abrí, por cierto. No lo pienso más y me dirijo a mi departamento, claro, Changmin va tras de mi regañándome por descuidado. Y ahora que recuerdo el  teléfono me lo han cortado desde hace uno 4 meses y para colmo no tengo móvil –lo he perdido en el metro dos meses atrás-. Menudo idiota.

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–No lo puedo creer– Estoy feliz y un tanto consternado. He encontrado entre la correspondencia un sobre con la invitación. Sí que fui idiota al pesar que Junsu me había olvidado.

– ¿Cómo es posible que no hayas revisado tu correspondencia?– Changmin me regaña molesto. Tiene razón, posiblemente si no hubiese venido a mí, jamás habría visto la invitación de la boda.

La invitación esta hermosa. Digna de mi querido Junsu.

–Lo siento, enserio. Es solo que llevo un ritmo muy agitado de vida. Ya no tengo tiempo ni para mí– le digo. Estoy cansado, así que, busco algún lugar decente para tirarme a descansar.

Solo tengo 2 viejos sillones; uno color crema y uno café. La cocina es pequeña y un desastre por cierto. El lugar es muy reducido por lo que tengo pocas cosas.

Cuando me independice jamás creí que sería tan difícil el vivir solo y tener que trabajar al mismo tiempo. Mi departamento era estupendo, claro, hasta que entre a trabajar. El trabajo me adsorbió por completo. Ahora mi hogar parece un basurero. –Creo que Junsu estará molesto conmigo– suelto en un suspiro. Sin embargo, Changmin aun  luce serio. Se ha sentado junto a mí en el pequeño sillón café que es lo más decente que hay en el departamento. ¿Le sucederá algo?

– ¿Iras? – Me pregunta. Lo veo triste y pensativo.

¡Por dios! ¿No me digas que aun estás enamorado de Junsu, Changmin?

–Por supuesto que iré. Junsu al igual que tú, es muy importante para mí. No me perdería por nada del mundo su boda– le digo de inmediato. Aunque logro notar que ha suspirado de forma pesada, una ligera línea se forma en sus labios, parece triste. Le preguntaría el por qué, pero sé exactamente que le sucede.

No hablamos más del tema, porque sé que no le vendrá bien. La boda se llevara a cabo en 3 semanas, creo que dadas las circunstancias me iré quizá dos semanas antes a Seúl –donde se celebrara la boda- recuerdo que siempre le dije a Junsu que sería su padrino o en este caso ¿madrina? Como sea. Le dije que fungiría en su boda como tal y lo hare. En el caso de Changmin no tengo ni la más mínima idea de que va a hacer. ¿Ira? No lo sé. Aunque hay algo que si se; Changmin no abandonaría a uno de sus mejores amigo en el día más importante de su vida; así que posiblemente termine por asistir a la boda. Aunque… hay algo que me llama bastante la atención: y es el nombre del novio. No me resulta familiar, ni siquiera conocido. Supongo que lo conoció después de que yo me vine a vivir a  Daejeon. ¿Cómo será?

El resto de la noche Changmin y yo nos dedicamos a beber y recordar nuestra última etapa juntos; la adolescencia. Ahora ya somos adultos, bueno creo que yo era  la excepción, hasta hace unas horas me sentía un crio, ahora con la presencia de Changmin –ya todo un hombre y profesionista-  y la boda de Junsu, creo que debo de comenzar a asumir mi papel como el adulto de 24 años que soy. ya no tengo ni 15 ni 18 años, ya debo de madurar. Que molesto y por fin estoy de acuerdo con mi yo interior. Que molesto es asumir esto.

Ya ha amanecido, después de una muy larga ronda de bebidas, Changmin y yo nos quedamos dormidos ya a altas hora de la madrugada. Son las 11:20 am ¡el trabajo! No he ido al trabajo. Sin embargo, antes de entrar en pánico recuerdo algo; creo que entre la emoción y todo; había olvidado que mi jefe me despidió ayer. ¡Que se joda! Si, ahora ya no tengo empleo y en menos de una semana me desalojan del departamento, claro, eso no se lo he dicho ni diré  a Changmin. No quiero que sienta pena por mi rotundo fracaso.

Preparo un desayuno rápido, sé que el dormilón de Changmin estará hambriento. Frio rápido tocino y huevos, preparo algo de café y tuesto algunas tostadas. Listo. Antes de que el aroma del desayuno lo despierte, corro al cuarto de baño a lavar mi rostro. ¡Dios! Tengo unas horribles ojeras. Creo que por primera vez desearía que los espejos no existieran. Luzco horrible: he adelgazado bastante y en mi rostro demacrado se refleja. Creo que lo mejor que me pudo pasar es dejar el trabajo, bueno no, me han despedido, pero si no lo hubiesen hecho, de todos modos yo hubiese renunciado. Si aja, como no.

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–Changmin– le llamo por milésima vez. Parece perdido en su mundo.

– ¿Qué decías, Jae? –

Se ha ruborizado, totalmente avergonzado por su evidente falta de atención hacia mí. Lo reprendería pero sé que esto de la boda no le viene bien.

– ¿Cómo te has enterado de la boda? –Le pregunto, curioso.

Me mira, pensativo, como recordando algo desagradable. ¡Vamos Changmin no es para tanto!

–Hace dos meses, Junsu me hablo y  me comento, que… su novio le había pedido matrimonio. Sin embargo, aún no le daba el sí. Me dijo que se lo pensaría– Me dice de nuevo con rostro cabizbajo. –Pero hace 4 semanas me hablo para decirme que había decido casarse. – su rostro se inflige de nuevo.

¿Qué? ¿Cómo está eso? ¿O sea que Junsu todavía hace dos meses no se decidía en casarse? ¿Qué le haría cambiar de parecer?, se perfectamente que algo como esto mi querido Junsu no se lo hubiese pensado ni dos veces y hubiese aceptado en un abrir y cerrar de ojos. Ahora bien ¿Cómo está eso de que no dio el sí en el momento? Algo no me cuadra.

Me mira y luego me sonríe. ¿Eh?

–A ti tampoco te ha cuadrado, ¿cierto? – me dice.

Está bien no me ha cuadrado, pero tampoco te hagas ilusiones Changmin.

–Supongo que tal petición le llego de sorpresa– Le respondo algo inquieto. Junsu se casa, se casa en 3 semanas y su novio se lo ha pedido apenas dos meses atrás -aunque el acaba de aceptar apenas hace 4 semanas atrás- . ¿O es mi imaginación o esta boda está muy apresurada?

Suspira de nuevo y se recuesta en mis piernas.

–Tienes razón, Jae– Me dice, casi en un suspiro. Sé que esta triste. – ¿Y entonces cuando nos vamos a Seúl? Junsu debe esperarnos. – Me dice ya con una sonrisita, algo triste, pero ha sonreído.

Wow… que fácil ha cambiado de tema y semblante. Este tipo es todo un enigma, saber que  Changmin si me acompañara a la  boda me tranquiliza. ¡Que emoción!